sábado, 30 de noviembre de 2013

Mensaje del Papa FRANCISCO a Su Santidad Bartolomé I, Patriarca Ecuménico, por la Fiesta de San Andrés





CIUDAD DEL VATICANO (http://catolicidad.blogspot.com – Noviembre 30 de 2013). 
En el marco del tradicional intercambio de Delegaciones por las respectivas fiestas de los Santos Patronos, 29 de Junio en Roma para la celebración de los Santos Pedro y Pablo y el 30 de Noviembre en Estambul para la celebración de San Andrés, el Cardenal Kurt Koch, Presidente del Pontificio Consejo para la promoción de la Unidad de los Cristianos, guiando este año a la Delegación de la Santa Sede para la Fiesta del Patriarcado Ecuménico. El Cardenal Koch está acompañado del Obispo Brian Farrell, Secretario del Dicastero, y de Monseñr Andrea Palmieri, Subsecretario. En Estambul, se ha unido a la Delegación el Nuncio Apostólico en Turquía, Arzobispo Antonio Lucibello.


La Delegación de la Santa Sede participó en la Solemne Divina Liturgia presidida por Barolomé I en la Iglesia Patriarcal del Fanar, y mantuvo un encuentro con el Patriarca y las conversaciones con la Comisión sinodal encargada de las relaciones con la Iglesia Católica. El Cardenal Koch ha entregado al Patriarca Ecuménico un mensaje firmado por el Santo Padre, del cual se efectuó la lectura pública a la conclusión de la Divina Liturgia, acompañado de un regalo. La Delegación también visitó la sede de la Escuela Teológica del Patriarcado Ecuménico en Halchi cerrado por las autoridades turcas en 1971 y del que se espera se permita la reapertura.

Audiencias diarias del Papa (Sábado 30 de Noviembre)




















Foto: L'Osservatore Romano


CIUDAD DEL VATICANO (http://catolicidad.blogspot.com – Noviembre 30 de 2013). El Santo Padre FRANCISCO ha recibido esta mañana en Audiencias Separadas a:


* Cardenal Marc Ouellet, Prefecto de la Congregación para los Obispos;


* Peregrinos de la Iglesia Greco-melkita (11:30 horas - Sala Clementina del Palacio Apostólico Vaticano).


* Niños enfermos con tumores de leucemia procedentes de Wrocław, Polonia (Sala del Concistorio del Palacio Apostólico Vaticano).

Nombramientos del Santo Padre (Sábado 30 de Noviembre)


CIUDAD DEL VATICANO (http://catolicidad.blogspot.com – Noviembre 30 de 2013). En otros Actos Pontificios este sábado el Santo Padre FRANCISCO ha nombrado:


* Obispo de San Marino-Montefeltro (Italia - San Marino) al Reverendo Andrea Turazzi, del clero de la Arquidiócesis de Ferrara-Comacchio, hasta ahora Párroco de la Parroquia de la "Sagrada Familia" en Ferrara y Delegado Arzobispal para el Diaconado permanente y para la Ordo Virginum.


El Obispo electo nació en Stellata di Bondeno (Ferrara) el 24 de Agosto de 1948. Ingresó al Seminario en 1958, obtuvo la madurez clásica en 1967,  posteriormente tomó el Curso Filosófico-teológico. Es Licenciado en Teología por el Estudio Teológico Académico Bolognese.


Fue ordenado presbítero el 27 de Mayo de 1972.


Ha sido: Vicario Parroquial de la parroquia de la Madonnina en Ferrara de 1972 a 1973; Vicario Parroquial de Pontelagoscuro (Ferrara) de 1973 a 1974; Asistente diocesano y regional de Acción Católica Infantil de 1974 a 1984; Director Espiritual del Seminario Arzobispal de 1984 a 2001; Párroco del "Corpus Domini" en Ferrara de 2001 a 2005. Desde 2005 es Párroco de la Parroquia de la "Sacra Famiglia" en Ferrara. De 1990 a 1996 fue Director de la Oficina diocesana y Coordinador de las Oficinas Pastorales; desde 2006 es Delegado Arzobispal para el Diaconado permanente y para la Ordo Virginum; de 2009 a 2012 Asistente unitario de Acción Católica; en 2012 fue reconfirmado Miembro del Consejo Presbiterial y del Colegio de los Consultores.


Desde el 5 de Enero de 2006 le fue otorgado el título de Capellán de Su Santidad.


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* Obispo de La Guaira en Venezuela al Reverendo Padre Raúl Biord Castillo, S.D.B., hasta ahora Vicario Provincial de la Sociedad Salesiana de San Juan Bosco en Venezuela.


El Obispo electo nació en Caracas (Venezuela) el 23 Octubre de 1962. Es Licenciado en Teología por la Pontificia Universidad Salesiana de Roma y tiene un Doctorado en Teología por la Pontificia Universidad Gregoriana de Roma.


Emitió la primera profesión religiosa come Salesiano el 16 de Agosto de 1980 y la profesión perpetua el 8 de Septiembre de 1987. Fue ordenado Sacerdote el 15 de Julio de 1989.


Ha sido: Vicario Parroquial de la Parroquia de "San Juan Bosco" de Caracas, Capellán de religiosos en Los Teques, Profesor del Instituto de Teología para los religiosos (ITER) de Caracas y Profesor y Rector del Instituto Universitario Salesiano "P. Ojeda" (IUSPO) de Los Teques.


Desde 2004 es Vicario Provincial de la Sociedad Salesiana de San Juan Bosco en Venezuela.



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* Obispo de Mansa, en Zambia, al Reverendo Padre Patrick Chisanga, O.F.M. Conv., es Ministro Provincial de los Frailes Menores Conventuales en Zambia.


El Obispo electo nació el 16 de Mayo de 1971 en Kamuchanga, diócesis de Ndola. Terminada la escuela primaria en Buyantanshi y la media en Mufulira - Ndola, fue admitido en el Seminario Menor de Ndola. En 1990 entró como Postulante en la Orden de los Frailes Franciscanos Conventuales. Hizo el Noviciado en Solwezi y en 1992 emitió sus primeros votos. Después de terminar sus estudios de Filosofía y Teología, emitió los votos perpetuos en Nairobi en 1998. 


Fue ordenado Sacerdote el 27 de Junio de 1999. 


Ha sido: 1999-2001: Párroco de St. Michael and Noah Parish en Kitwe; 2001-2002: Vice-Guardián y Formador en el Bonaventure College de Regina Pacis en Chawama-Lusaka; 2002-2006: Estudios superiores en Psicología en Roma, en la Pontificia Universidad Gregoriana; 2006-2008: Guardián y Formation Director de los estudiantes de Teología en el Makeny Friary de Lusaka; al mismo tiempo, docente de Psicología en el Bonaventure College de Lusaka; 2008-2012: Ministro Provincial de los Hermanos Menores Franciscanos Conventuales de la Provincia de Zambia y Malawi. Actualmente es Profesor en el St. Bonaventure College de Lusaka.



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* Obispo Auxiliar de la diócesis de Lausanne, Genève et Fribourg, en Suiza, a Monseñor Alain de Raemy, del clero de la misma diócesis, hasta ahora Capellán del Cuerpo de la Guardia Suiza Pontificia, asignándole la Sede titular Obispal de Torre di Mauritania.


El Obispo electo nació el 19 de Abril de 1959 en Barcelona, España.


Concluyó sus estudios filosófico-teológicos en la Universidad de Fribourg, obrteniendo el título en Teología en 1984.


Fue ordenado Sacerdote el 25 de Octubre de 1986, incardinado en la diócesis de Lausanne, Genève et Fribourg.


Después de su servicio pastoral en diversas parroquias, en 1996 fue nombrado Párroco de la Parroquia de Cristo Rey en Fribourg.


En 2004, fue nombrado Párroco y Canónigo de la Catedral de San Nicolás y más tarde Párroco moderador de la Unidad Pastoral de "Notre Dame", siempre a Fribourg.


En 2006, finalmente, fue nombrado Capellán de la Guardia Suiza Pontificia, en el Vaticano.

Confirma el Papa al Prefecto y al Secretario de la Congregación para la Educación Católica, así como a los Miembros del mismo Dicasterio


CIUDAD DEL VATICANO (http://catolicidad.blogspot.com – Noviembre 30 de 2013). El Santo Padre FRANCISCO ha confirmando en el cargo de Prefecto de la Congregación para la Educación Católica al Cardenal Zenon Grocholewski y en el cargo de Secretario a Monseñor Angelo Vincenzo Zani.


Su Santidad también ha nombrado Miembros del mismo Dicasterio a:


  • Cardenal Béchara Boutros Raï, Patriarca de Antioquia de los Maronitas;
  • Cardenal Odilo Pedro Scherer, Arzobispo de São Paulo;
  • Cardenal John Njue, Arzobispo de Nairobi;
  • Cardenal Timothy Michael Dolan, Arzobispo de New York;
  • Cardenal John Tong Hon, Obispo de Hong Kong;
  • Cardenal Luis Antonio G. Tagle, Arzobispo de Manila;
  • Cardenal Kurt Koch, Presidente del Pontificio Consejo para la Promoción de la Unidad de los Cristanos;
  • Monseñor Beniamino Stella, Prefecto de la Congregación para el Clero;
  • Monseñor Ricardo Ezzati Andrello, Arzobispo de Santiago de Chile;
  • Monseñor Marek Jędraszewski, Arzobispo de Łódź;
  • Monseñor Jorge Carlos Patrón Wong, Secretario para los Seminarios de la Congregación para el Clero.


El Sumo Pontífice posteriormente ha confirmado en el mismo cargo de Miembros de Dicasterio a

  • Cardenal Antonio María Rouco Varela,
  • Cardenal Christoph Schönborn,
  • Cardenal Audrys Juozas Bačkis, Óscar
  • Cardenal Andrés Rodríguez Maradiaga,
  • Cardenal José da Cruz Policarpo,
  • Cardenal Peter Kodwo Appiah Turkson,
  • Cardenal Josip Bozanić, Péter Erdő,
  • Cardenal Marc Ouellet,
  • Cardenal Jean-Pierre Ricard,
  • Cardenal Oswald Gracias,
  • Cardenal Laurent Monsengwo Pasinya,
  • Cardenal Reinhard Marx,
  • Cardenal Thomas Christopher Collins,
  • Cardenal Willem Jacobus Eijk,
  • Cardenal Leonardo Sandri,
  • Cardenal Gianfranco Ravasi,
  • Cardenal Fernando Filoni,
  • Cardenal João Braz de Aviz,
  • Cardenal Edwin Frederick O'Brien
  • Monseñor Alfredo Horacio Zecca,
  • Monseñor Gerhard Ludwig Müller,
  • Monseñor Charles Morerod.

Card. Nicolás de Jesús López Rodríguez, nuevo Enviado Papal a Nicaragua


CIUDAD DEL VATICANO (http://catolicidad.blogspot.com – Noviembre 30 de 2013). En vista que el Enviado Papal, Cardenal Jorge Liberato Urosa Savino, Arzobispo de Caracas, por motivos de salud no podrá asistir a Nicaragua, el Santo Padre ha nombrado al Cardenal Nicolás de Jesús López Rodríguez, Arzobispo de Santo Domingo, como Su Enviado Especial a las celebraciones de clausura del primer centenario de la institución de la Provincia Eclesiástica de Managua, programada para el lunes 2 de Diciembre.


La Misión Pontificia que acompañará al Cardenal López Rodríguez es la misma que acompañaría al Cardenal Urosa Savino.

Comunicado de la Sesión Plenaria de la Comisión Teológica Internacional (2-6 Diciembre 2013)


CIUDAD DEL VATICANO (http://catolicidad.blogspot.com – Noviembre 30 de 2013). La Comisión Teológica Internacional, presidida por su Presidente, Monseñor Gerhard Ludwig Müller, que llevará a cabo la Sesión Plenaria en el Vaticano del 2 al 6 de Diciembre de 2013. Los trabajos será dirigidos por el Padre Serge-Thomas Bonino, O.P., Secretario General.


En la actual Sesión Plenaria, la Comisión continuará el estudio de tres temas de notable importancia. El primero sobre el monoteísmo; el segundo es el significado de la doctrina social de la Iglesia en el contexto más amplio de la doctrina cristiana; el tercer tema es la problemática del sensus fidei.


Al finalizar los trabajos de la Sesión Plenaria, los Miembros de la Comisión Teológica Internacional serán recibidos en Audiencia por el Santo Padre FRANCISCO.

Comunicado del IOR


CIUDAD DEL VATICANO (http://catolicidad.blogspot.com – Noviembre 30 de 2013). El Consejo de Superintendencia del Instituto para las Obras de Religión (IOR) ha nombrado a Rolando Marranci, Director General, cargo que será efectivo a partir del 30 noviembre de 2013. La promoción de Marranci, que desde el 1° de julio 2013 había desempeñado las funciones de Vice Director General, fue aprobada por la Comisión Cardenalicia.

Dos sacerdotes asesinados en Veracruz, México


Tuxpan, MÉXICO (Agencia Fides, 30/11/2013) – El padre Hipólito Villalobos Lima y el padre Nicolás De la Cruz Martínez fueron encontrados sin vida ayer viernes 29 de noviembre, en la Parroquia de San Cristóbal en el municipio de Ixhuatlán de Madero, estado de Veracruz, según cuanto informa un comunicado de la diócesis de Tuxpan enviado a la Agencia Fides. “Fueron encontrados esta mañana (viernes), asesinados en la casa parroquial - se lee en el comunicado de la diócesis -. En breve podremos informar a la comunidad parroquial sobre la fecha del funeral”.

 

Según otras informaciones enviadas a Fides por una fuente local, cuatro presuntos responsables de los dos homicidios ya han sido arrestados por la procura del estado de Veracruz. Las autoridades locales se han unido para llevar a cabo las investigaciones oficiales y para esclarecer lo sucedido, ha dicho a la agencia mexicana Notimex el procurador general de Veracruz, Amadeo Flores.


México, y de forma especial Veracruz, ha registrado numerosos episodios de violencia en los últimos años. En el 2011 el país quedo en sock por la crueldad de los actos homicidas, cuando 35 cadáveres fueron abandonados en una calle de la ciudad.


La Conferencia Episcopal Mexicana, durante su reciente Asamblea general ordinaria, ha afrontado el tema de la violencia en el país, y ha decidido presentar un informe al Papa Francisco sobre esta situación, durante la próxima visita Ad Limina Apostolorum, prevista para mayo de 2014.

El Card. Filoni a los Obispos de las Antillas: “sólo sacerdotes alegres, entusiastas y fieles atraen a los jóvenes para el servicio de Cristo”


ANTILLAS (Agencia Fides, 30/11/2013) – El Caribe ha sido “la primera zona de las Américas en escuchar la Buena Nueva de Cristo, hace más de 400 años, y es la primera vez que el Prefecto de la Congregación para la Evangelización de los Pueblos está de visita en la región” así ha comenzado su discurso el Cardenal Fernando Filoni, Prefecto de la Congregación, ante la Conferencia Episcopal de las Antillas, que se reunió esta mañana en el seminario dedicado de San Juan M. Vianney y los mártires de Uganda en Puerto de España (Trinidad y Tobago).

 

La región cuenta con una gran diversidad de naciones, lenguas, culturas y situaciones socio-económicas que tienen sus raíces en la historia y que constituyen a su vez obstáculos para el trabajo pastoral de la Iglesia. El Cardenal ha mencionado tres grandes desafíos, “la escasez de sacerdotes y religiosos, la disminución en el número de católicos activos en la vida de la Iglesia, una disminución constante de fondos para apoyar a las diócesis”. Aunque en algunas diócesis la propuesta del diaconado permanente ha tenido cierto éxito, en el ámbito del campo vocacional se han adoptado otras muchas iniciativas, seguimos a la espera de los frutos, el Cardenal ha exhortado a no desalentarse y subrayado que “la Iglesia no puede vivir y crecer sin sacerdotes”. Por lo tanto ha invitado a los obispos a cuidar de forma especial la formación permanente de los sacerdotes, para que los jóvenes puedan encontrar “sacerdotes alegres, entusiastas y fieles, porque solo estos atraen a los jóvenes al servicio de Cristo”.


También la disminución de los católicos tiene varias causas: en algunas zonas la emigración en busca de un futuro mejor; en otras la ausencia de sacerdotes o su falta de formación que lleva a muchos creyentes a abandonar su práctica religiosa, en parte atraídos por la agresividad de grupos religiosos pentecostales. Incluso las grandes instituciones educativas católicas se ven afectadas por este descenso, sea determinado por la salida de los sacerdotes y religiosos que trabajan en el campo educativo, aunque sustituidos al menos en parte por laicos comprometidos, “muchos de los cuales dan un testimonio claro y valiente de su fe”. Aunque las Antillas cuentan una serie de movimientos religiosos y nuevas comunidades que trabajan en diversas áreas, el Cardenal ha exhortado a los obispos en sus diócesis a invitar a algunos de los nuevos movimientos y realidades eclesiales para asegurar el apoyo necesario para ayudar a los laicos en la práctica de su fe.


Para responder a las dificultades financieras, a pesar de la generosidad de los fieles que apoyan a la Iglesia, exige una mayor atención en la administración de los recursos económicos, la reducción de costos y de vivir más sencillamente, siguiendo el ejemplo del Papa Francisco, ha instado el Prefecto de la Congregación Misionera, además de encontrar nuevas fuentes de apoyo financiero, es necesario, ante todo, “ser absolutamente transparentes en la gestión financiera de nuestras diócesis”.


Luego el cardenal Filoni se ha centrado en el ministerio episcopal, invitando a los obispos a afrontar con valentía los desafíos que se presentan sin desanimarse, a no descuidar el rebaño a ellos confiado, ni los sacerdotes ni a los laicos, a visitar regularmente las parroquias, para establecer relaciones “paternas positivas y fraternales con sus sacerdotes, siendo firmes cuando sea necesario, pero siempre con preocupación continua por el bien espiritual, cultural y pastoral”. Al concluir su intervención, el Cardenal Filoni ha dado las gracias por la preocupación pastoral de los obispos, por su generosa y firme comunión con el Santo Padre, y por todo el bien que hacen a nivel universal con su apoyo a las misiones de todo el mundo”.

Nuevas amenazas al abogado cristiano que defiende a las víctimas de la blasfemia


Lahore, PAKISTÁN (Agencia Fides, 30/11/2013) – Han amenazado de muerte de nuevo a Sardar Mushtaq Gill abogado cristiano, activista por los derechos humanos y defensor de numerosas víctimas inocentes de la ley de la blasfemia.

 

El último caso que defendió con éxito es el del cristiano Younis Masih, condenado a muerte en 2005 y puesto en libertad hace dos días, después del resultado positivo de un recurso ante el Tribunal de Apelaciones en Lahore (véase Fides 29/11/2013) . Cómo comunica Gill a la Agencia Fides, la intimidación en su contra son cada vez más pesadas. En los últimos días, algunos desconocidos, a las 6.35 de la mañana, dieron varios disparos contra la casa del abogado, en Lahore, y contra las casas adyacentes, causando terror en todo el barrio. El abogado recibió un mensaje de texto en su teléfono móvil, en el que le amenazaban con matar a su esposa y a él.


El abogado Gill, en una nota enviada a la Agencia Fides, pide a todos sus amigos y fieles cristianos que recen por él. La intimidación, explica, tiene la intención de detener el trabajo de la organización “Legal Evangelical Association Development” (LEAD), de la que es presidente Gill, que monitorea la situación de los cristianos y ayuda a muchas víctimas inocentes, tanto a nivel legal, como material. “Orad para que Dios nos de fuerza, coraje y sabiduría para hacer frente a esta situación delicada y peligrosa”, escribe.


LEAD nació en Punjab con el fin de garantizar la asistencia jurídica gratuita a los cristianos pobres, que no se lo puede permitir y, a menudo, aunque inocentes, se encuentran en la cárcel por la falta de una protección jurídica adecuada. Entre los casos defendidos por Gill, hay muchos cristianos acusados falsamente de blasfemia; en octubre de 2013 ha asumido tres nuevos casos y en noviembre su cliente Younis Masih, un caso de hace 8 años, fue puesto en libertad debido a que fue declarado inocente.

Jubileo de la Eparquía siro-malabar de Kalyan, perla oriental entre los cristianos latinos


Kalyan, INDIA (Agencia Fides, 30/11/2013) – Desde hace 25 años, es una comunidad que celebra y da testimonio de la fe, el amor y la unidad de la Iglesia en la India en el estado de Maharashtra (India central): la Eparquía de Kalyan, la diócesis católica de rito siro-Malabar se encuentra en el territorio de Mumbai y se extiende en más de 15 distritos civiles de Maharashtra, acogiendo a miles de fieles de rito oriental que, inmigrando de Kerala - el estado de la India meridional, corazón de la Iglesia siro-malabar - viven en ese territorio. Según lo informado a la Agencia Fides, la diócesis ha celebrado la conclusión del 25 º aniversario del nacimiento en el mes de noviembre, un evento útil para enfatizar la singularidad y la preciosidad de la contribución de los fieles de rito oriental a la Iglesia India, en plena comunión y colaboración con las diócesis de rito latino.


La contribución, reconocida por las autoridades eclesiásticas y civiles, es un “patrimonio y una preparación espiritual de gran profundidad y complejidad”, que beneficia a toda la población. No en vano, la celebración del Jubileo ha visto muchas actividades espirituales, sociales y de caridad, que han culminado con una solemne Eucaristía presidida por Su Exc. Mar Thomas Elavanal, obispo de Kalyan. Para la ocasión, el cardenal Oswald Gracias, Arzobispo de Bombay, expreso alegría por la coexistencia de la Eparquía de Oriente en el territorio de 5 diócesis latinas, haciendo hincapié en la necesidad de difundir juntos las virtudes cristianas, como el amor, la verdad, la sinceridad, la paz, para resolver los muchos problemas que aquejan a la sociedad india.


Entre los temas pastorales destacados durante las celebraciones jubilares, durante un mes, están: la familia, la juventud, la misión. En las celebraciones también participaron el Cardenal George Alencherry, arzobispo mayor de la Iglesia siro-malabar. El cardenal señaló que la emigración de muchos de los fieles de la Iglesia siro-malabar de Kerala, hacia otros lugares de la India o del mundo, es una oportunidad de misión.


En la India, la Iglesia Católica tiene diócesis de tres ritos: latino, siro-malabar y siro-Malankara.

viernes, 29 de noviembre de 2013

FRANCISCO: Audiencias Generales de Noviembre (27, 20, 13 y 6)

AUDIENCIAS GENERALES DEL PAPA FRANCISCO





Plaza de San Pedro
 Miércoles 27 de Noviembre de 2013


 
Queridos hermanos y hermanas:


¡Buenos días y felicidades porque sois valientes con este frío en la plaza! ¡Muchas felicidades!


Deseo llevar a término las catequesis sobre el «Credo», desarrolladas durante el Año de la fe, que concluyó el domingo pasado. En esta catequesis y en la próxima quisiera considerar el tema de la resurrección de la carne, tomando dos aspectos tal como los presenta el Catecismo de la Iglesia católica, es decir, nuestro morir y nuestro resucitar en Jesucristo. Hoy me centro en el primer aspecto, «morir en Cristo».


Entre nosotros, por lo general, existe un modo erróneo de mirar la muerte. La muerte nos atañe a todos, y nos interroga de modo profundo, especialmente cuando nos toca de cerca, o cuando golpea a los pequeños, a los indefensos, de una manera que nos resulta «escandalosa». A mí siempre me ha impresionado la pregunta: ¿por qué sufren los niños?, ¿por qué mueren los niños? Si se la entiende como el final de todo, la muerte asusta, aterroriza, se transforma en amenaza que quebranta cada sueño, cada perspectiva, que rompe toda relación e interrumpe todo camino. Esto sucede cuando consideramos nuestra vida como un tiempo cerrado entre dos polos: el nacimiento y la muerte; cuando no creemos en un horizonte que va más allá de la vida presente; cuando se vive como si Dios no existiese. Esta concepción de la muerte es típica del pensamiento ateo, que interpreta la existencia como un encontrarse casualmente en el mundo y un caminar hacia la nada. Pero existe también un ateísmo práctico, que es un vivir sólo para los propios intereses y vivir sólo para las cosas terrenas. Si nos dejamos llevar por esta visión errónea de la muerte, no tenemos otra opción que la de ocultar la muerte, negarla o banalizarla, para que no nos cause miedo.


Pero a esta falsa solución se rebela el «corazón» del hombre, el deseo que todos nosotros tenemos de infinito, la nostalgia que todos nosotros tenemos de lo eterno. Entonces, ¿cuál es el sentido cristiano de la muerte? Si miramos los momentos más dolorosos de nuestra vida, cuando hemos perdido una persona querida —los padres, un hermano, una hermana, un cónyuge, un hijo, un amigo—, nos damos cuenta que, incluso en el drama de la pérdida, incluso desgarrados por la separación, sube desde el corazón la convicción de que no puede acabarse todo, que el bien dado y recibido no fue inútil. Hay un instinto poderoso dentro de nosotros, que nos dice que nuestra vida no termina con la muerte.


Esta sed de vida encontró su respuesta real y confiable en la resurrección de Jesucristo. La resurrección de Jesús no da sólo la certeza de la vida más allá de la muerte, sino que ilumina también el misterio mismo de la muerte de cada uno de nosotros. Si vivimos unidos a Jesús, fieles a Él, seremos capaces de afrontar con esperanza y serenidad incluso el paso de la muerte. La Iglesia, en efecto, reza: «Si nos entristece la certeza de tener que morir, nos consuela la promesa de la inmortalidad futura». Es ésta una hermosa oración de la Iglesia. Una persona tiende a morir como ha vivido. Si mi vida fue un camino con el Señor, un camino de confianza en su inmensa misericordia, estaré preparado para aceptar el momento último de mi vida terrena como el definitivo abandono confiado en sus manos acogedoras, a la espera de contemplar cara a cara su rostro. Esto es lo más hermoso que nos puede suceder: contemplar cara a cara el rostro maravilloso del Señor, verlo como Él es, lleno de luz, lleno de amor, lleno de ternura. Nosotros vayamos hasta este punto: contemplar al Señor.


En este horizonte se comprende la invitación de Jesús a estar siempre preparados, vigilantes, sabiendo que la vida en este mundo se nos ha dado también para preparar la otra vida, la vida con el Padre celestial. Y por ello existe una vía segura: prepararse bien a la muerte, estando cerca de Jesús. Ésta es la seguridad: yo me preparo a la muerte estando cerca de Jesús. ¿Cómo se está cerca de Jesús? Con la oración, los sacramentos y también c0n la práctica de la caridad. Recordemos que Él está presente en los más débiles y necesitados. Él mismo se identificó con ellos, en la famosa parábola del juicio final, cuando dice: «Tuve hambre y me disteis de comer, tuve sed y me disteis de beber, fui forastero y me hospedasteis, estuve desnudo y me vestisteis, enfermo y me visitasteis, en la cárcel y vinisteis a verme... Cada vez que lo hicisteis con uno de estos mis hermanos más pequeños, conmigo lo hicisteis» (Mt 25, 35-36.40). Por lo tanto, una vía segura es recuperar el sentido de la caridad cristiana y de la participación fraterna, hacernos cargo de las llagas corporales y espirituales de nuestro prójimo. La solidaridad al compartir el dolor e infundir esperanza es prólogo y condición para recibir en herencia el Reino preparado para nosotros. Quien practica la misericordia no teme la muerte. Pensad bien en esto: ¡quien practica la misericordia no teme la muerte! ¿Estáis de acuerdo? ¿Lo decimos juntos para no olvidarlo? Quien practica la misericordia no teme a la muerte. ¿Por qué no teme a la muerte? Porque la mira a la cara en las heridas de los hermanos, y la supera con el amor de Jesucristo.


Si abrimos la puerta de nuestra vida y de nuestro corazón a los hermanos más pequeños, entonces incluso nuestra muerte se convertirá en una puerta que nos introducirá en el cielo, en la patria bienaventurada, hacia la cual nos dirigimos, anhelando morar para siempre con nuestro Padre Dios, con Jesús, con la Virgen y con los santos.


Saludos


Saludo cordialmente a los peregrinos de lengua española, en particular a los grupos provenientes de España, México, Guatemala, Argentina y los demás países latinoamericanos. No olviden que la solidaridad fraterna en el dolor y en la esperanza es premisa y condición para entrar en el Reino de los cielos. Muchas gracias.


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Plaza de San Pedro  
Miércoles 20 de Noviembre de 2013


Queridos hermanos y hermanas, ¡buenos días!


El miércoles pasado hablé del perdón de los pecados, referido de modo especial al Bautismo. Hoy continuamos con el tema del perdón de los pecados, pero en relación al así llamado «poder de las llaves», que es un símbolo bíblico de la misión que Jesús confió a los Apóstoles.


Ante todo debemos recordar que el protagonista del perdón de los pecados es el Espíritu Santo. En su primera aparición a los Apóstoles, en el cenáculo, Jesús resucitado hizo el gesto de soplar sobre ellos diciendo: «Recibid el Espíritu Santo; a quienes les perdonéis los pecados, les quedan perdonados; a quienes se los retengáis, les quedan retenidos» (Jn 20, 22-23). Jesús, transfigurado en su cuerpo, es ya el hombre nuevo, que ofrece los dones pascuales fruto de su muerte y resurrección. ¿Cuáles son estos dones? La paz, la alegría, el perdón de los pecados, la misión, pero sobre todo dona el Espíritu Santo que es la fuente de todo esto. El soplo de Jesús, acompañado por las palabras con las que comunica el Espíritu, indica la transmisión de la vida, la vida nueva regenerada por el perdón.


Pero antes de hacer el gesto de soplar y donar el Espíritu, Jesús muestra sus llagas, en las manos y en el costado: estas heridas representan el precio de nuestra salvación. El Espíritu Santo nos trae el perdón de Dios «pasando a través» de las llagas de Jesús. Estas llagas que Él quiso conservar. También en este momento Él, en el Cielo, muestra al Padre las llagas con las cuales nos rescató. Por la fuerza de estas llagas, nuestros pecados son perdonados: así Jesús dio su vida para nuestra paz, para nuestra alegría, para el don de la gracia en nuestra alma, para el perdón de nuestros pecados. Es muy bello contemplar a Jesús de este modo.


Y llegamos al segundo elemento: Jesús da a los Apóstoles el poder de perdonar los pecados. Es un poco difícil comprender cómo un hombre puede perdonar los pecados, pero Jesús da este poder. La Iglesia es depositaria del poder de las llaves, de abrir o cerrar al perdón. Dios perdona a todo hombre en su soberana misericordia, pero Él mismo quiso que quienes pertenecen a Cristo y a la Iglesia reciban el perdón mediante los ministros de la comunidad. A través del ministerio apostólico me alcanza la misericordia de Dios, mis culpas son perdonadas y se me dona la alegría. De este modo Jesús nos llama a vivir la reconciliación también en la dimensión eclesial, comunitaria. Y esto es muy bello. La Iglesia, que es santa y a la vez necesitada de penitencia, acompaña nuestro camino de conversión durante toda la vida. La Iglesia no es dueña del poder de las llaves, sino que es sierva del ministerio de la misericordia y se alegra todas las veces que puede ofrecer este don divino.


Muchas personas tal vez no comprenden la dimensión eclesial del perdón, porque domina siempre el individualismo, el subjetivismo, y también nosotros, los cristianos, lo experimentamos. Cierto, Dios perdona a todo pecador arrepentido, personalmente, pero el cristiano está vinculado a Cristo, y Cristo está unido a la Iglesia. Para nosotros cristianos hay un don más, y hay también un compromiso más: pasar humildemente a través del ministerio eclesial. Esto debemos valorarlo; es un don, una atención, una protección y también es la seguridad de que Dios me ha perdonado. Yo voy al hermano sacerdote y digo: «Padre, he hecho esto...». Y él responde: «Yo te perdono; Dios te perdona». En ese momento, yo estoy seguro de que Dios me ha perdonado. Y esto es hermoso, esto es tener la seguridad de que Dios nos perdona siempre, no se cansa de perdonar. Y no debemos cansarnos de ir a pedir perdón. Se puede sentir vergüenza al decir los pecados, pero nuestras madres y nuestras abuelas decían que es mejor ponerse rojo una vez que no amarillo mil veces. Nos ponemos rojos una vez, pero se nos perdonan los pecados y se sigue adelante.


Al final, un último punto: el sacerdote instrumento para el perdón de los pecados. El perdón de Dios que se nos da en la Iglesia, se nos transmite por medio del ministerio de un hermano nuestro, el sacerdote; también él es un hombre que, como nosotros, necesita de misericordia, se convierte verdaderamente en instrumento de misericordia, donándonos el amor sin límites de Dios Padre. También los sacerdotes deben confesarse, también los obispos: todos somos pecadores. También el Papa se confiesa cada quince días, porque incluso el Papa es un pecador. Y el confesor escucha las cosas que yo le digo, me aconseja y me perdona, porque todos tenemos necesidad de este perdón. A veces sucede que escuchamos a alguien que afirma que se confiesa directamente con Dios... Sí, como decía antes, Dios te escucha siempre, pero en el sacramento de la Reconciliación manda a un hermano a traerte el perdón, la seguridad del perdón, en nombre de la Iglesia.


El servicio que el sacerdote presta como ministro de parte de Dios para perdonar los pecados es muy delicado y exige que su corazón esté en paz, que el sacerdote tenga el corazón en paz; que no maltrate a los fieles, sino que sea apacible, benévolo y misericordioso; que sepa sembrar esperanza en los corazones y, sobre todo, que sea consciente de que el hermano o la hermana que se acerca al sacramento de la Reconciliación busca el perdón y lo hace como se acercaban tantas personas a Jesús para que les curase. El sacerdote que no tenga esta disposición de espíritu es mejor que, hasta que no se corrija, no administre este Sacramento. Los fieles penitentes tienen el derecho, todos los fieles tienen el derecho, de encontrar en los sacerdotes a los servidores del perdón de Dios.


Queridos hermanos, como miembros de la Iglesia, ¿somos conscientes de la belleza de este don que nos ofrece Dios mismo? ¿Sentimos la alegría de este interés, de esta atención maternal que la Iglesia tiene hacia nosotros? ¿Sabemos valorarla con sencillez y asiduidad? No olvidemos que Dios no se cansa nunca de perdonarnos. Mediante el ministerio del sacerdote nos estrecha en un nuevo abrazo que nos regenera y nos permite volver a levantarnos y retomar de nuevo el camino. Porque ésta es nuestra vida: volver a levantarnos continuamente y retomar el camino.


Saludos


Saludo con afecto a los peregrinos de lengua española, en particular a los grupos provenientes de España, Venezuela, Guatemala, Argentina, México y los demás países latinoamericanos. No olvidemos que Dios nunca se cansa de perdonarnos. Mediante el ministerio del sacerdote nos da un abrazo que nos regenera y nos permite levantarnos y retomar de nuevo el camino. Muchas gracias.

LLAMAMIENTOS


1. En la memoria litúrgica de la Presentación de María Santísima en el Templo, celebraremos la Jornada pro orantibus, dedicada al recuerdo de las comunidades religiosas de clausura. Es una ocasión oportuna para dar gracias al Señor por el don de tantas personas que, en los monasterios y en las ermitas, se dedican a Dios en la oración y en el silencio activo. Demos gracias al Señor por los testimonios de vida claustral y no hagamos faltar nuestro apoyo espiritual y material a estos hermanos y hermanas, a fin de que puedan 
realizar su importante misión.


2. El 22 de noviembre próximo las Naciones Unidas inaugurarán el «Año internacional de la familia rural», orientado también a destacar que la economía agrícola y el desarrollo rural encuentran en la familia un agente respetuoso de la creación y atento a las necesidades concretas. También en el trabajo, la familia es un modelo de fraternidad para vivir una experiencia de unidad y de solidaridad entre sus miembros, con una mayor sensibilidad hacia quien tiene más necesidad de atención o de ayuda, evitando que surjan eventuales conflictos sociales. Por estos motivos, mientras expreso satisfacción por esa iniciativa oportuna, deseo que la misma contribuya a valorar los innumerables beneficios que la familia aporta al crecimiento económico, social, cultural y moral de toda la comunidad humana.

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Plaza de San Pedro
Miércoles 13 de Noviembre de 2013


Queridos hermanos y hermanas, ¡buenos días!


En el Credo, a través del cual cada domingo hacemos nuestra profesión de fe, afirmamos: «Confieso que hay un solo bautismo para el perdón de los pecados». Se trata de la única referencia a un Sacramento en todo el Credo. En efecto, el Bautismo es la «puerta» de la fe y de la vida cristiana. Jesús Resucitado dejó a los Apóstoles esta consigna: «Id al mundo entero y proclamad el Evangelio a toda la creación. El que crea y sea bautizado se salvará» (Mc 16, 15-16). La misión de la Iglesia es evangelizar y perdonar los pecados a través del sacramento bautismal. Pero volvamos a las palabras del Credo. La expresión se puede dividir en tres puntos: «confieso»; «un solo bautismo»; «para el perdón de los pecados».


«Confieso». ¿Qué quiere decir esto? Es un término solemne que indica la gran importancia del objeto, es decir, del Bautismo. En efecto, pronunciando estas palabras afirmamos nuestra auténtica identidad de hijos de Dios. El Bautismo es en cierto sentido el carné de identidad del cristiano, su certificado de nacimiento y el certificado de nacimiento en la Iglesia. Todos vosotros sabéis el día que nacisteis y festejáis el cumpleaños, ¿verdad? Todos nosotros festejamos el cumpleaños. Os hago una pregunta, que ya hice otras veces, pero la hago una vez más: ¿quién de vosotros recuerda la fecha de su Bautismo? Levante la mano: son pocos (y no pregunto a los obispos para no hacerles pasar vergüenza...). Pero hagamos una cosa: hoy, cuando volváis a casa, preguntad qué día habéis sido bautizados, buscad, porque este es el segundo cumpleaños. El primer cumpleaños es el nacimiento a la vida y el segundo cumpleaños es el nacimiento en la Iglesia. ¿Haréis esto? Es una tarea para hacer en casa: buscar el día que nací para la Iglesia, y dar gracias al Señor porque el día del Bautismo nos abrió la puerta de su Iglesia. Al mismo tiempo, al Bautismo está ligada nuestra fe en el perdón de los pecados. El Sacramento de la Penitencia o Confesión es, en efecto, como un «segundo bautismo», que remite siempre al primero para consolidarlo y renovarlo. En este sentido el día de nuestro Bautismo es el punto de partida de un camino bellísimo, un camino hacia Dios que dura toda la vida, un camino de conversión que está continuamente sostenido por el Sacramento de la Penitencia. Pensad en esto: cuando vamos a confesarnos de nuestras debilidades, de nuestros pecados, vamos a pedir el perdón de Jesús, pero vamos también a renovar el Bautismo con este perdón. Y esto es hermoso, es como festejar el día del Bautismo en cada Confesión. Por lo tanto la Confesión no es una sesión en una sala de tortura, sino que es una fiesta. La Confesión es para los bautizados, para tener limpio el vestido blanco de nuestra dignidad cristiana.


Segundo elemento: «un solo bautismo». Esta expresión remite a la expresión de san Pablo: «Un solo Señor, una sola fe, un solo bautismo» (Ef 4, 5). La palabra «bautismo» significa literalmente «inmersión», y, en efecto, este Sacramento constituye una auténtica inmersión espiritual en la muerte de Cristo, de la cual se resucita con Él como nuevas criaturas (cf. Rm 6, 4). Se trata de un baño de regeneración y de iluminación. Regeneración porque actúa ese nacimiento del agua y del Espíritu sin el cual nadie puede entrar en el reino de los cielos (cf. Jn 3, 5). Iluminación porque, a través del Bautismo, la persona humana se colma de la gracia de Cristo, «luz verdadera que ilumina a todo hombre» (Jn 1, 9) y expulsa las tinieblas del pecado. Por esto, en la ceremonia del Bautismo se les da a los padres una vela encendida, para significar esta iluminación; el Bautismo nos ilumina desde dentro con la luz de Jesús. En virtud de este don el bautizado está llamado a convertirse él mismo en «luz» —la luz de la fe que ha recibido— para los hermanos, especialmente para aquellos que están en las tinieblas y no vislumbran destellos de resplandor en el horizonte de su vida.


Podemos preguntarnos: el Bautismo, para mí, ¿es un hecho del pasado, aislado en una fecha, esa que hoy vosotros buscaréis, o una realidad viva, que atañe a mi presente, en todo momento? ¿Te sientes fuerte, con la fuerza que te da Cristo con su muerte y su resurrección? ¿O te sientes abatido, sin fuerza? El Bautismo da fuerza y da luz. ¿Te sientes iluminado, con esa luz que viene de Cristo? ¿Eres hombre o mujer de luz? ¿O eres una persona oscura, sin la luz de Jesús? Es necesario tomar la gracia del Bautismo, que es un regalo, y llegar a ser luz para todos.


Por último, una breve referencia al tercer elemento: «para el perdón de los pecados». En el sacramento del Bautismo se perdonan todos los pecados, el pecado original y todos los pecados personales, como también todas las penas del pecado. Con el Bautismo se abre la puerta a una efectiva novedad de vida que no está abrumada por el peso de un pasado negativo, sino que goza ya de la belleza y la bondad del reino de los cielos. Se trata de una intervención poderosa de la misericordia de Dios en nuestra vida, para salvarnos. Esta intervención salvífica no quita a nuestra naturaleza humana su debilidad —todos somos débiles y todos somos pecadores—; y no nos quita la responsabilidad de pedir perdón cada vez que nos equivocamos. No puedo bautizarme más de una vez, pero puedo confesarme y renovar así la gracia del Bautismo. Es como si hiciera un segundo Bautismo. El Señor Jesús es muy bueno y jamás se cansa de perdonarnos. Incluso cuando la puerta que nos abrió el Bautismo para entrar en la Iglesia se cierra un poco, a causa de nuestras debilidades y nuestros pecados, la Confesión la vuelve abrir, precisamente porque es como un segundo Bautismo que nos perdona todo y nos ilumina para seguir adelante con la luz del Señor. Sigamos adelante así, gozosos, porque la vida se debe vivir con la alegría de Jesucristo; y esto es una gracia del Señor.
 

Saludos


Saludo con afecto a los peregrinos de lengua española, en particular a los grupos venidos de España, Argentina, México, Venezuela, Guatemala y otros países latinoamericanos. Que vuestra presencia junto al sepulcro de los apóstoles Pedro y Pablo os ayude a redescubrir el don que Dios nos ha dado en el bautismo, y encontrar en él el impulso para un camino de conversión y renovación espiritual. Muchas gracias.


LLAMAMIENTO


Hermanos y hermanas, me he enterado con gran dolor que hace dos días, en Damasco, proyectiles han matado a algunos niños que volvían de la escuela y también al conductor del autobús. Otros niños fueron heridos. Por favor, ¡que estas tragedias no sucedan más! ¡Recemos fuertemente! En estos días estamos rezando y uniendo las fuerzas para ayudar a nuestros hermanos y hermanas de Filipinas, golpeados por el tifón. Estas son las verdaderas batallas que hay que combatir. ¡Por la vida! ¡Jamás por la muerte!



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Plaza de San Pedro  
Miércoles 6 de Noviembre de 2013


 
Queridos hermanos y hermanas, ¡buenos días!


El miércoles pasado hablé de la comunión de los santos, entendida como comunión entre las personas santas, es decir, entre nosotros creyentes. Hoy desearía profundizar otro aspecto de esta realidad: ¿recordáis que había dos aspectos: uno la comunión, la unidad entre nosotros, y, el otro aspecto, la comunión con las cosas santas, con los bienes espirituales? Las dos realidades están estrechamente relacionadas entre sí. En efecto, la comunión entre los cristianos crece mediante la participación en los bienes espirituales. En particular consideramos: los Sacramentos, los carismas y la caridad. (cf. Catecismo de la Iglesia católica nn. 949-953). Nosotros crecemos en unidad, en comunión con: los Sacramentos, los carismas que cada uno tiene del Espíritu Santo y con la caridad.


Ante todo, la comunión con los Sacramentos. Los Sacramentos expresan y realizan una comunión efectiva y profunda entre nosotros, puesto que en ellos encontramos a Cristo Salvador y, a través de Él, a nuestros hermanos en la fe. Los Sacramentos no son apariencias, no son ritos, sino que son la fuerza de Cristo; es Jesucristo presente en los Sacramentos. Cuando celebramos la Eucaristía es Jesús vivo quien nos congrega, nos hace comunidad, nos hace adorar al Padre. Cada uno de nosotros, en efecto, mediante el Bautismo, la Confirmación y la Eucaristía, está incorporado a Cristo y unido a toda la comunidad de los creyentes. Por lo tanto, si por un lado es la Iglesia la que «hace» los Sacramentos, por otro son los Sacramentos que «hacen» a la Iglesia, la edifican, generando nuevos hijos, agregándolos al pueblo santo de Dios, consolidando su pertenencia.


Cada encuentro con Cristo, que en los Sacramentos nos dona la salvación, nos invita a «ir» y comunicar a los demás una salvación que hemos podido ver, tocar, encontrar, acoger, y que es verdaderamente creíble porque es amor. De este modo los Sacramentos nos impulsan a ser misioneros, y el compromiso apostólico de llevar el Evangelio a todo ambiente, incluso a los más hostiles, constituye el fruto más auténtico de una asidua vida sacramental, en cuanto que es participación en la iniciativa salvífica de Dios, que quiere donar a todos la salvación. La gracia de los Sacramentos alimenta en nosotros una fe fuerte y gozosa, una fe que sabe asombrarse ante las «maravillas» de Dios y sabe resistir a los ídolos del mundo. Por ello, es importante recibir la Comunión, es importante que los niños estén bautizados pronto, que estén confirmados, porque los Sacramentos son la presencia de Jesucristo en nosotros, una presencia que nos ayuda. Es importante, cuando nos sentimos pecadores, acercarnos al sacramento de la Reconciliación. Alguien podrá decir: «Pero tengo miedo, porque el sacerdote me apaleará». No, no te apaleará el sacerdote. ¿Tú sabes a quién te encontrarás en el sacramento de la Reconciliación? ¡Encontrarás a Jesús que te perdona! Es Jesús quien te espera allí; y éste es un Sacramento que hace crecer a toda la Iglesia.


Un segundo aspecto de la comunión con las cosas santas es el de la comunión de los carismas. El Espíritu Santo concede a los fieles una multitud de dones y de gracias espirituales; esta riqueza, digamos, «fantasiosa» de los dones del Espíritu Santo tiene como fin la edificación de la Iglesia. Los carismas —palabra un poco difícil— son los regalos que nos da el Espíritu Santo, habilidad, posibilidad... Regalos dados no para que queden ocultos, sino para compartirlos con los demás. No se dan para beneficio de quien los recibe, sino para utilidad del pueblo de Dios. Si un carisma, en cambio, uno de estos regalos, sirve para afirmarse a sí mismo, hay que dudar si se trata de un carisma auténtico o de que sea vivido fielmente. Los carismas son gracias particulares, dadas a algunos para hacer el bien a muchos otros. Son actitudes, inspiraciones e impulsos interiores que nacen en la conciencia y en la experiencia de determinadas personas, quienes están llamadas a ponerlas al servicio de la comunidad. En especial, estos dones espirituales favorecen a la santidad de la Iglesia y de su misión. Todos estamos llamados a respetarlos en nosotros y en los demás, a acogerlos como estímulos útiles para una presencia y una obra fecunda de la Iglesia. San Pablo exhortaba: «No apaguéis el espíritu» (1 Ts 5, 19). No apaguemos el espíritu que nos da estos regalos, estas habilidades, estas virtudes tan bellas que hacen crecer a la Iglesia.


¿Cuál es nuestra actitud ante estos dones del Espíritu Santo? ¿Somos conscientes de que el Espíritu de Dios es libre de darlos a quien quiere? ¿Les consideramos una ayuda espiritual, a través de la cual el Señor sostiene nuestra fe y refuerza nuestra misión en el mundo?


Y llegamos al tercer aspecto de la comunión con los casas santas, es decir, la comunión de la caridad, la unidad entre nosotros que produce la caridad, el amor. Los paganos, observando a los primeros cristianos, decían: ¡cómo se aman, cómo se quieren! No se odian, no hablan mal unos de otros. Esta es la caridad, el amor de Dios que el Espíritu Santo nos pone en el corazón. Los carismas son importantes en la vida de la comunidad cristiana, pero son siempre medios para crecer en la caridad, en el amor, que san Pablo sitúa sobre los carismas (cf. 1 Cor 13, 1-13). Sin amor, en efecto, incluso los dones más extraordinarios son vanos. Este hombre cura a la gente, tiene esta cualidad, esta otra virtud... pero, ¿tiene amor y caridad en su corazón? Si lo tiene, bien; pero si no lo tiene, no es útil a la Iglesia. Sin amor todos estos dones y carismas no sirven a la Iglesia, porque donde no hay amor hay un vacío que lo llena el egoísmo. Y me pregunto: ¿podemos vivir en comunión y en paz, si todos nosotros somos egoístas? No se puede, por esto es necesario el amor que nos une. El más pequeño de nuestros gestos de amor tiene efectos buenos para todos. Por lo tanto, vivir la unidad en la Iglesia y la comunión de la caridad significa no buscar el propio interés, sino compartir los sufrimientos y las alegrías de los hermanos (cf. 1 Cor 12, 26), dispuestos a llevar los pesos de los más débiles y pobres. Esta solidaridad fraterna no es una figura retórica, un modo de decir, sino que es parte integrante de la comunión entre los cristianos. Si lo vivimos, somos en el mundo signo, «sacramento» del amor de Dios. Lo somos los unos para los otros y lo somos para todos. No se trata sólo de esa caridad menuda que nos podemos ofrecer mutuamente, se trata de algo más profundo: es una comunión que nos hace capaces de entrar en la alegría y en el dolor de los demás para hacerlos sinceramente nuestros.


A menudo somos demasiado áridos, indiferentes, distantes y en lugar de transmitir fraternidad, transmitimos malhumor, frialdad y egoísmo. Y con malhumor, frialdad y egoísmo no se puede hacer crecer la Iglesia; la Iglesia crece sólo con el amor que viene del Espíritu Santo. El Señor nos invita a abrirnos a la comunión con Él, en los Sacramentos, en los carismas y en la caridad, para vivir de manera digna nuestra vocación cristiana.


Y ahora me permito pediros un acto de caridad: podéis estar tranquilos que no se hará una colecta. Antes de venir a la plaza fui a ver a una niña de un año y medio con una enfermedad gravísima. Su papá y su mamá rezan, y piden al Señor la salud para esta hermosa niña. Se llama Noemi. Sonreía, pobrecita. Hagamos un acto de amor. No la conocemos, pero es una niña bautizada, es una de nosotros, es una cristiana. Hagamos un acto de amor por ella y en silencio pidamos que el Señor le ayude en este momento y le conceda la salud. En silencio, un momento, y luego rezaremos el Avemaría. Y ahora todos juntos recemos a la Virgen por la salud de Noemí. Avemaría... Gracias por este acto de caridad.



 
Saludos


Saludo cordialmente a los peregrinos de lengua española, en particular a los grupos provenientes de España, México, Panamá, Argentina y los demás países latinoamericanos. Que María Santísima haga de todos nosotros discípulos misioneros, que dan gratis las gracias recibidas. Muchas gracias.


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